Los objetivos son uno de los principales accesorios para cámaras que los aficionados y profesionales de la fotografía buscan. El motivo es evidente: un buen objetivo puede suponer la diferencia entra una buena foto y una instantánea espectacular. Los tipos de objetivos más buscados son:

• Ojo de pez, es un objetivo con una gran angular que llega a captar más de 180° de visión. La distancia focal de este tipo de objetivos suele estar entre los 6 y los 16 mm y lo habitual es que distorsionen un poco la escena, lo que les da a las fotografías tomadas con este objetivo un estilo muy característico. Las cámaras GoPro pusieron de moda las imágenes ojo de pez, aunque tradicionalmente se han usado sobre todo en fotografía nocturna.
• Gran angular, que ofrece ángulos de visión de entre 60 y 180°. La distancia focal de este tipo de objetivos suele estar entre los 8 y los 25 mm. Distorsionan ligeramente la foto, pero mucho menos que los objetivos ojo de pez, y se usan con frecuencia en fotografía de paisajes para aprovechar el gran ángulo que proporciona la lente. También se utilizan en fotografía arquitectónica, panorámicas y fotos nocturnas.
• Normal (también llamado estándar), son los objetivos cuya distancia focal se encuentra entre los 25 y los 65 mm. Su ángulo de visión se asemeja bastante al de la visión humana y son ideales para fotografía callejera, fotografía de estudio, retratos, eventos, etc.
• Teleobjetivo, se trata de lentes con un ángulo de visión bastante reducido (entre los 10 y los 25°), lo que permite centrar la atención en un punto concreto de la escena. Son objetivos con una distancia focal de entre 60 y 160 mm y es frecuente verlos en fotografía deportiva o para capturar desfiles, fauna e incluso tomar retratos con un efecto de desenfoque.
• Superteleobjetivo, son los que tienen una distancia focal de entre 160 y 600 mm. Son perfectos para tomar fotos a distancia (carreras, fauna salvaje…). Se trata de objetivos muy voluminosos y con frecuencia es necesario usarlos con trípode.
• Macro, son objetivos perfectos para fotografiar cosas pequeñas en detalle. De hecho, este tipo de lentes es capaz de ampliar el tamaño natural de las cosas.

Un fotógrafo profesional siempre debe contar en su equipo con varios objetivos que le permitan adaptarse a todo tipo de encargos y situaciones. No obstante, lo habitual es que cada fotógrafo acabe centrándose en un tipo de fotografía (retratos, reportajes nocturnos, paisajes, fauna salvaje, fotografía deportiva…), por lo que al final cada profesional siente predilección por un tipo de lente concreta (normal, gran angular, teleobjetivo, etc). Es por este motivo que los expertos en fotografía acaban optando por objetivos de focal fija, que cubren una distancia concreta (por ejemplo 50 mm, 85 mm o 35 mm). Este tipo de objetivos se contraponen a las lentes con rango focal variable, que permiten hacer zoom al mover el anillo (un rango habitual en un kit de iniciación es de 18-55mm). Los objetivos de rango focal variable son, por lo tanto, más versátiles que los de focal fija, pero estos últimos suelen lograr mejor calidad de imagen y por eso son los preferidos por los profesionales.

En cualquier caso, lo ideal es que un fotógrafo cuente con un objetivo normal, un teleobjetivo y un gran angular. Además, siempre es interesante conseguir lentes capaces de capturar mucha luz para poder tomar fotos en escenarios poco iluminados. En esto interfiere la apertura de diafragma, que se expresa con una f/ y un valor numérico; cuanto más bajo sea este dígito, más luminoso será el objetivo.

La principal diferencia entre las cámaras digitales y las cámaras réflex son sus objetivos, por ello es habitual que muchos aficionados a la fotografía se pregunten cómo usar los objetivos de su cámara nueva. Para empezar, debes saber que los objetivos no son siempre intercambiables. Por ejemplo, los objetivos Canon o Nikon solo se pueden usar con cuerpos de cámara de estas marcas. No obstante, otras empresas sí fabrican objetivos para estas archiconocidas marcas, como es el caso de Sigma Foto o Samyang, que venden lentes compatibles con modelos concretos de Nikon, Fujifilm, etc.

Una vez se sabe esto, otros dos conceptos que debes manejar para saber usar los distintos objetivos son los términos “distancia focal” y “apertura de diafragma”. El primero se expresa en números seguido de “mm”. El rango que puede alcanzar la distancia focal suele ir de 4 a 600 mm, y cuanto más elevado sea, más zoom tendrá el objetivo. Por su parte, la apertura de diafragma se expresa en valores del 1 al 32 y siempre va precedido de una letra F. Este valor nos indica cómo de luminoso es el objetivo.

Antes de que te digamos con qué limpiar un objetivo, debes saber que no es necesario que estés limpiando constantemente tu cámara, pues corres el riesgo de arañar las lentes sin querer. Por ello, los objetivos de la cámara solo se deben limpiar cuando veamos que están sucios por presencia de huellas, tierra, manchas, etc.

Una vez dicho esto, ¿cómo limpiar el objetivo de la cámara? Lo ideal es que con un soplador de aire o un cepillo especial quites la arenilla que haya podido acumularse (cuidado con soplar con la boca, pues puedes hacer que caiga alguna gota de saliva). Haciendo este paso primero, evitarás rayar el cristal al frotar después con un trapo). Una vez libre de pequeñas impurezas, es el momento de usar una gamuza para eliminar cualquier mancha o huella que quede.

Sí, existen cámaras con objetivos intercambiables que permiten que la cámara se adapte a todo tipo de escenas. A un mismo cuerpo (la cámara en sí), se le pueden poner distintos objetivos para poder tomar fotografías de muy cerca (macro) o de muy lejos (teleobjetivos o superteleobjetivos). Además, por supuesto, existen objetivos especialmente pensados para fotos nocturnas, para hace retratos, para capturar paisajes con una gran angular, etc. Pero, ¿qué tipo de cámaras son las que tienen objetivos intercambiables? Son dos, las réflex y las EVIL. La principal diferencia entre ambas es su visor, pues uno es óptico (en las réflex) y el otro es electrónico (en las EVIL).