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Termómetro clínico
Los diferentes tipos de termómetros clínicos funcionan según diferentes principios. Por un lado, están los termómetros de contacto que determinan la temperatura a través del contacto directo con el cuerpo. Esta variante incluye, por un lado, los termómetros de expansión. Contienen una mezcla de metales líquidos. Cuando la temperatura aumenta, el metal se expande y se desplaza a lo largo de una escala de temperatura impresa. Los termómetros digitales son otra forma de termómetro de contacto. Hay un sensor en la punta de medición. El resultado se muestra en una pantalla.
Los termómetros infrarrojos funcionan casi sin contacto. Con ellos, un sensor de infrarrojos mide la radiación. El aparato convierte los valores en una temperatura. También en este caso, las lecturas se muestran en una pantalla.
Existen dos grupos: los termómetros de contacto y los de infrarrojos. Entre los primeros se encuentran los termómetros de expansión, que consisten en un cuerpo de vidrio que contiene metal líquido. Un termómetro clínico digital también se considera un termómetro de contacto. En ambas variantes se pueden aplicar distintos métodos de medición.
El segundo grupo está formado por los termómetros clínicos, que permiten una medición casi sin contacto mediante infrarrojos. Se dividen en termómetros de oído, en los que la medición se realiza en el oído, y en termómetros de frente, en los que se apunta a la frente para realizar la medición. También hay dispositivos prácticos que vienen con un accesorio que permite convertir el termómetro de oído en un termómetro de frente.
También hay termómetros basales. Estos miden la temperatura del cuerpo en vigilia con una precisión de dos decimales. Esta variante se utiliza principalmente en el método sintotérmico, una forma natural de anticoncepción en la que la mujer calcula sus días fértiles en función de su temperatura corporal y de la consistencia del moco cervical. En consecuencia, un termómetro basal también puede ser útil a la hora de planificar el embarazo.
El tiempo de medición depende del tipo de termómetro. Mientras que un termómetro de infrarrojos te proporciona los resultados de la medición en cuestión de segundos tanto para la medición del oído como de la frente, la medición de la temperatura con un termómetro de contacto tarda varios minutos.
Si utilizas un termómetro electrónico, el tiempo de medición varía de un aparato a otro. Puedes encontrar información al respecto en las instrucciones de uso del fabricante. Muchos modelos emiten convenientemente una señal acústica cuando la medición ha finalizado.
Con los termómetros de expansión, tienes que vigilar el tiempo tú mismo. El tiempo de medición depende del método de medición, es decir, de la parte del cuerpo en la que se tome la temperatura:
1. Por vía rectal - unos cuatro minutos
2. Oral - unos cinco minutos
3. Axilares - de ocho a diez minutos
Los termómetros de contacto, en los que se puede leer el resultado digitalmente, le ofrecen la mayor precisión de medición. La medición rectal es especialmente precisa. Pero la medición bajo la lengua también es relativamente precisa. Cuando se mide en la axila, pueden producirse rápidamente imprecisiones, ya que normalmente no se consigue presionar el brazo contra el cuerpo todo el tiempo.
Los termómetros de infrarrojos tienen la ventaja de que miden la temperatura en segundos. La medición en el canal auditivo también da buenos resultados. Sin embargo, éstas pueden ser falseadas, por ejemplo, por una inflamación del oído medio. A veces se producen mediciones erróneas con los termómetros de frente.
Tomar la temperatura en el culito del bebé con un termómetro digital es también la opción más fiable. La medición bajo la lengua y bajo la axila sólo es adecuada para niños a partir de los cuatro y seis años, respectivamente.
La medición rectal suele ser desagradable para los pequeños y requiere cierta habilidad de los padres. Si tu bebé tiene más de tres meses, también puedes utilizar un termómetro de oído. La medición rápida ahorra mucho estrés tanto a los niños como a los padres. Con un termómetro de frente, puedes tomar la temperatura incluso cuando tu bebé está durmiendo, a veces en sólo un segundo. Sin embargo, la precisión de la medición es menor que con un termómetro digital.
También existen los llamados termómetros de chupete especiales para bebés. Como su nombre indica, se trata de chupetes con un termómetro integrado. En teoría, mide la temperatura del cuerpo mientras el niño chupa. En la práctica, sin embargo, esto no funciona tan bien porque el chupete no llega lo suficientemente lejos en la boca y los bebés no suelen mantenerlo cerrado el tiempo suficiente.
Para los adultos, la recomendación es bastante clara: termómetros digitales. Lo mejor es utilizarlo para la medición rectal en la cavidad anal o la medición oral bajo la lengua.
Para medir a los niños, introduce el termómetro rectal con cuidado un centímetro. En el caso de los adultos, también debe ser de uno a dos centímetros.
Limpia la punta de los termómetros de contacto con agua tibia y jabón y un paño. La desinfección es especialmente importante después de la medición rectal. Lo mejor es utilizar un algodón empapado en alcohol de quemar para desinfectar y cuidar higiénicamente el dispositivo.
Los termómetros de oído suelen tener tapas protectoras desechables que se cambian después de cada medición. Si no es así, trátelas con cuidado con alcohol de quemar.
Muchos dispositivos obtienen su energía de pilas de botón con un voltaje de 1,5 voltios. Algunos necesitan pilas AAA como fuente de alimentación y otros pilas AA.
Puedes encontrar información detallada sobre el tipo de pilas y cuántas necesita cada modelo en las descripciones de los productos o en las instrucciones del fabricante.
Si vas a deshacerte de tu viejo termómetro que contiene mercurio, no lo tires al cubo de basura. El metal líquido, cuando se libera, es perjudicial tanto para la salud humana como para el medio ambiente. Por esta razón, los termómetros clínicos con mercurio pertenecen a la recogida de residuos especiales o peligrosos.
Puedes colocar termómetros digitales e infrarrojos en los residuos. Sin embargo, es mejor eliminarlos como residuos eléctricos.
Las pilas vacías no las debes tirar en la basura normal, deben ir a un contenedor especial. Puedes encontrarlos cerca de algunas farmacias o supermercados.