Una impresora 3D es una máquina especial con la que se pueden producir modelos tridimensionales. Puede utilizar una gran variedad de materiales, ya sean sólidos o líquidos, metal, plástico o arena. La mayoría de las impresoras 3D se utilizan en la industria para crear piezas específicas o prototipos. Sin embargo, las impresoras 3D están en constante desarrollo y también se están haciendo más populares en el sector privado. Le ofrecen muchas posibilidades emocionantes para crear sus propias piezas tridimensionales en casa.

Una impresora 3D puede trabajar con materiales muy diferentes, por ejemplo, plástico líquido, metal en polvo o incluso cerámica y arena. Existen varios procesos de impresión para crear piezas tridimensionales. En la mayoría de los casos, el material se calienta a una temperatura muy alta y se licua. Mientras tanto, se pulveriza capa a capa sobre una superficie de trabajo, de forma similar a una impresora convencional. Con la ayuda de rayos láser, el material se endurece y su modelo 3D está listo. Este proceso por capas se denomina fabricación aditiva.

Existen varios métodos de impresión para una impresora 3D. El más conocido es el método FDM (Fused Deposition Modelling), que es el más adecuado para el uso privado. Este proceso es similar al de una pistola de pegamento caliente: el material se calienta, se licua, se le da forma y luego se endurece. El método es relativamente barato y rápido, pero no siempre es muy preciso. Las piezas producidas son muy resistentes, pero tienen una marcada ondulación.
Otro proceso es el método SLS/SLM (Selective Laser Sintering/Melting). Aquí, sólo se utiliza polvo como material y ningún filamento. El objeto tridimensional se crea extendiendo el polvo de manera uniforme y fina y endureciéndolo después con un rayo láser. Este método es relativamente caro y hasta ahora sólo se ha utilizado en la industria. También existe el método SLA (estereolitografía). Para ello, se utiliza una cuenca de resina sintética y un láser UV, que produce objetos 3D especialmente finos y precisos a partir de la resina sintética. La estereolitografía también es posible hasta ahora sólo en la industria.

Una impresora 3D suele tardar un tiempo relativamente largo en crear impresiones. Por supuesto, esto depende de lo que esté imprimiendo y del tamaño y la complejidad del objeto. Cuantas más esquinas y bordes tenga, más complejo será y más tiempo tardará en crearse. Por ejemplo, se puede crear un pequeño silbato en una hora. Una taza de espresso tarda varias horas, mientras que una taza de café tarda al menos medio día.

Hay muchos materiales diferentes para su impresora 3D. Algunos son baratos y especialmente adecuados para los principiantes, otros son muy exigentes para procesar. Puede encontrar los diferentes materiales en numerosas tiendas online y pedirlos cómodamente a domicilio. En tu ferretería local seguro que también tienes diferentes materiales para tu impresora 3D.

Es difícil decir en general cuánto espacio necesitas para tu impresora 3D. Dependiendo del tamaño y la complejidad de los objetos y modelos que quieras construir, las impresoras 3D tienen un tamaño de espacio de construcción diferente. Esto determina el tamaño de la máquina. Tenga en cuenta que una impresora 3D no es comparable en tamaño a una impresora convencional. Por lo tanto, necesita mucho más espacio y también debe buscar un lugar adecuado debido al alto nivel de ruido.

Se necesita un software diferente para crear modelos. Suele haber una distinción entre el software de diseño y modelado 3D y el software de escaneado 3D. Algunos son gratuitos e ideales para los principiantes, mientras que otros son más sofisticados y costosos.
Los programas de modelado y diseño 3D más populares son Autodesc 123D, Thinker CAD, Fusion 360, Blender, Grab CAD, Free CAD, Sketch up, Open SCAD y Simplify 3D. Entre los programas más populares para cortar e imprimir en 3D se encuentran Cura, Repetier Host, Slic3r y Replicator G.