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Almohadas
Uno de los principales factores que deben guiar nuestra elección de almohada es la posición que adoptamos para dormir. De hecho, de ello depende el diferente confort, ángulo y apoyo que debe ofrecer la almohada. Es importante también elegir, junto con una buena almohada, un colchón cómodo y un somier resistente. A continuación, una breve lista de los diferentes puestos y necesidades para ayudarnos a entender qué almohada necesitamos.
- La almohada para los que duermen en posición supina
En este caso, la almohada debe soportar la curvatura de la columna cervical, acomodando y apoyando adecuadamente el cuello y los hombros. La almohada ideal tendrá una altura inferior a la de una persona que duerme de lado. En general, la solución más adecuada es una almohada de plumas o de espuma viscoelástica con la clásica forma de pastilla de jabón o anatómica. También hay modelos especiales con inserciones de gel especialmente diseñadas para una acción específica. Es importante que nuestra almohada se utilice hasta los hombros para que el cuello no se doble.
- La almohada para los que duermen de lado
La almohada debe sostener la cabeza y el cuello para que la columna vertebral mantenga una línea recta horizontal y natural. La almohada ideal tendrá una mayor altura y una capacidad de carga más firme para soportar el peso de la cabeza sin que se hunda. Es esencial tener en cuenta la distancia entre los hombros y la cabeza; de hecho, la almohada debe llenar este espacio, optimizando la alineación entre la columna cervical y la columna dorsolumbar. En este sentido, una forma anatómica puede resultar ideal. El látex es el compromiso adecuado entre rigidez y ergonomía, pero un modelo de Memory Foam o uno con inserciones de gel también puede ser una solución correcta.
- La almohada para los que duermen boca abajo
En este caso, la almohada adecuada debe tener una altura muy limitada, para no elevar demasiado la cabeza, que debe descansar lo más cerca posible del nivel del colchón, para evitar posiciones poco naturales. Por lo tanto, para los durmientes propensos, se recomiendan espesores limitados y texturas suaves y delicadas.
- La almohada para los que sufren de dolor de cuello
Además de la posición, un factor decisivo a la hora de elegir una almohada es si se sufre una inflamación particular del cuello. Si no dispone de almohadas específicas para este problema y la inflamación no es grave, la forma más adecuada es, obviamente, la anatómica, que ofrece una perfecta ergonomía y permite la correcta alineación entre la cabeza y la columna vertebral, permitiendo que los músculos se relajen y posicionando correctamente toda la columna.
- La almohada para los alérgicos a los ácaros del polvo
La alergia o la especial sensibilidad a los ácaros del polvo también son factores importantes a la hora de elegir una almohada. En este caso, de hecho, es aconsejable elegir soluciones en látex natural (pero también en Memory Foam), un material que permite una buena transpiración, sin ser permeable al polvo, a diferencia de los materiales clásicos que en cambio son un excelente caldo de cultivo para estos parásitos.